lunes, 9 de octubre de 2017

ciudadanía critica y activa

CIUDADANÍA CRITICA

La tarea de formación de ciudadanía compete al Estado, en tanto garante de impartir educación gratuita, de calidad y de asegurar la formación de ciudadanos de bien, pero por muchas razones harto conocidas, en países como Guatemala, sabemos que el Estado no tiene la capacidad ni el interés de dedicar esfuerzos para ese fin, por tanto, tampoco tiene el monopolio de esa tarea.
Ciudadanía critica

Una democracia no puede perdurar sin autocrítica. Este ensayo analiza a esa porción de ciudadanos en México que cuestiona y critica de manera cotidiana las instituciones, la labor gubernamental y la forma como está funcionando la democracia. Esta segunda entrega de los resultados de la Encuesta Nacional de Valores sobre lo que nos Une y Divide a los Mexicanos (envud1), realizada por Banamex y la Fundación Este País, indaga en la vocación democrática de nuestra sociedad.
Los estudios recientes sobre cultura política en México se han enfocado a medir, a través de encuestas, el apoyo a la democracia y el grado de participación política que hay entre los ciudadanos. De esos estudios sabemos cuántos ciudadanos prefieren la democracia como forma de gobierno (los llamados “demócratas”), cuántos no (los denominados “autoritarios” y “ambivalentes”) y cuántos pueden considerarse como políticamente activos (los que toman parte en los procesos electorales o en diversos ejercicios de consulta o participación ciudadana) en relación a los que son pasivos (quienes suelen abstenerse de dicha participación). La práctica de medir las actitudes hacia la democracia refleja los intereses de los barómetros regionales (como el Latinobarómetro, el Afrobarómetro o el Asiabarómetro), que se han venido haciendo en varios países del mundo como resultado de la ola democratizadora que inició en los años setenta y creció en los ochenta y noventa.

La evidencia acumulada de datos derivados de los barómetros regionales, así como de la Encuesta Mundial de Valores, ha ilustrado muy bien la evolución de las actitudes hacia la democracia en distintas sociedades. Sin embargo, en nuestro país se ha puesto demasiado énfasis en las actitudes de apoyo a la democracia y menos interés en las actitudes críticas hacia la democracia (en los ciudadanos que se quejan, exigen o demandan más de esa forma de gobierno). No obstante, para una democracia resulta saludable contar con una constante crítica hacia sí misma.

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